No sucedió de un día para otro.
No es que me haya despertado un día dándome cuenta de que estaba lista para dejarte. No es que me haya ido a dormir una noche y me haya dado cuenta de que eras malo para mí y que necesitaba cerrarte las puertas por mi propio bien. De hecho, fue un proceso que tomó su tiempo. Hasta que, en un momento, tomé conciencia de una serie de pequeñas cosas que agregaban una buena razón para que dejaras de importarme.
Dejaste de importarme cuando dejaste de ponerme en primer lugar. Si, la luché por un tiempo. Dediqué esfuerzo extra para compensar las cosas que tú no estabas haciendo. Lo intenté tanto como pude, a pesar de no estar siendo correspondida.
Hay tantas cosas que alguien puede soportar antes de que lentamente comienza a dejarte ir …
Dejaste de importarme cuando constantemente marcabas mis defectos. Me hiciste creer que cada problema que teníamos era mi error. Constantemente me tirabas abajo y me hacías sentir que había innumerables cosas que yo necesitaba arreglar. Yo nunca te hubiera hecho eso. Incluso, encontraba la manera de amar las cosas que me disgustaban de ti porque te quería.
Dejaste de importarme cuando cancelabas planes. Las cosas que hicimos siempre las hicimos en tus propios términos. Tú no tenías problema en cancelarme o en decidir que “no estabas disponible para verme”. Pero ¿te imaginas como hubiera sido que yo te hiciese eso? Nunca hubieras dejado de recriminarme si alguna vez te hubiese hecho las cosas que tú me hiciste.
Dejaste de importarme cuando constantemente cambiabas de parecer acerca de lo que querías. En mi mente, yo te quería. Quería que lo nuestro funcionase, sin importar lo que costase. Pero tú no sentías lo mismo. No podías decidir lo que querías. No sabías para qué estabas listo. Llegamos al punto en que yo no pude seguir exponiéndome más a esa montaña rusa.
Dejaste de importarme cuando me di cuenta de que tú nunca merecerías a alguien como yo.
Podría haberte dado el mundo. De hecho, te lo habría dado. Estaba deseando hacer lo que fuse para que las cosas entre ambos funcionaran. Podría haber luchado y trabajado en eso cada día. Podría haberlo hecho porque yo te quería.
Vi lo mejor en ti y para mí eso era lo único que importaba.
Pero tú nunca hubieras podido darme lo mismo.
Tu nunca podrías haberme amado de la forma en que yo lo merecía. Nunca hubiese sido saludable. Yo nunca habría recibido lo que necesito. Tu no estabas listo para el amor que yo estaba lista para darte. Tu no estabas listo para alguien tan fuerte como yo. Tu no estabas listo para alguien con la cabeza puesta en su lugar y que sabía lo que quería. Tu no estabas listo para lo que yo estaba tratando de darte.
Pero está todo bien.