Una cosa es cierta: las peleas en las relaciones son inevitables. Si eres o conoces a una de esas personas que tienden a decir: “Oh, mi novio y yo nunca nos peleamos. Somos tan perfectos y estamos tan sincronizados”, créeme, esa relación está llena de mentiras.
Porque las peleas son una parte normal de cualquier relación de pareja. Y, francamente, también son importantes. Están ahí para mostrarnos la verdadera cara de nuestra pareja y para mostrarle la nuestra.
Y pueden ser una forma estupenda de crear un vínculo fuerte e inquebrantable entre las parejas. Ya sabes cómo dice el refrán: “¡Lo que no te “quita”, sólo te hace más fuerte!”.
Pero para salir de una pelea con tu pareja más fuerte que nunca, hay ciertas cosas que tienes que hacer y “reglas” que tienes que seguir. ¿Quieres saber de qué estoy hablando? ¡Pues sigue leyendo!
1. Daros espacio
Dar a tu pareja algo de tiempo y espacio para que se calme y procese todo lo que ha pasado en sus propios términos es extremadamente importante.
Cada persona procesa sus emociones de forma diferente y, mientras que tú puedes estar bien para continuar con todo de inmediato, tu pareja puede necesitar algo más de tiempo.
Para superar los restos de vuestra pelea y salir de ella más fuertes que nunca, los dos necesitáis simplemente algo de tiempo a solas.
Esto es importante porque en el fragor de todo podéis quedaros cegados por el odio y la irritación actuales.
Pero si os permitís consultarlo con la almohada, mañana toda la situación puede parecer diez veces más clara.
2. Sé el primero en disculparte
El siguiente punto del orden del día es disculparse siempre el primero. Aunque sepas que no has hecho nada malo.
Sé la persona más importante y discúlpate al menos por haber hecho sentir a tu pareja de cierta manera. O dile que sientes que la situación haya acabado así.
Si tu pareja es testaruda y orgullosa, no significa que tú también tengas que serlo. Deja que tus acciones le enseñen la belleza del perdón.
Sin embargo, ten mucho cuidado con esto. Si te das cuenta de que siempre eres tú quien se disculpa primero, mientras que tu pareja nunca se responsabiliza de sus propios actos, eso podría ser una señal de que tenéis algunos problemas serios y más profundos en la relación en los que necesitáis trabajar.
Además, no seas pasivo-agresivo en tus disculpas. Eso sólo puede profundizar tu pelea e irritar más a tu pareja.
3. No seas pasivo: muéstrate dispuesto a hablar
Siguiendo la regla de “no seas pasivo-agresivo”, asegúrate de que nunca evitas ofrecer conversación. Si tu pareja se acerca a ti y tú sigues enfadado, no te enfurruñes ni te retires.
En lugar de eso, encuentra fuerza en ti mismo e intenta no arremeter con tu ira. Mantén la calma y háblalo todo abiertamente.
Escupe las cosas que te han estado molestando, dile a tu pareja lo que te ha dolido y declara cómo te gustaría que te trataran.
Los hombres y las mujeres se comunican de forma muy diferente, y a veces necesitas decirle abiertamente a tu pareja lo que quieres, en lugar de esperar a que te lea la mente y lo descubra todo por sí mismo.
4. Escucha para entender, no para replicar o defenderte
De acuerdo con el punto anterior, asegúrese de escuchar con atención. Del mismo modo que tú tienes muchas cosas que decirle a tu pareja, ésta, sin duda, también tiene mucho que decirte a ti.
No te tomes todo lo que te diga como un ataque. No hay razón para que te defiendas constantemente. Y, desde luego, no hay razón para que te eches la culpa a ti.
Intenta tener siempre presente que los dos formáis parte del mismo equipo. Sois compañeros y no enemigos, y siempre deberíais ser vosotros dos contra el problema, y no el uno contra el otro.
5. Responsabilízate de tu parte
A menudo, no vemos la viga en nuestro propio ojo, pero somos los primeros en darnos cuenta de la paja en el ojo ajeno.
Nos sentimos los más virtuosos, cuando en realidad también tenemos nuestros inconvenientes.
Pero, para resolver sanamente cualquier pelea y convertirla en un momento de unión, es sumamente importante ser responsable de tu propia parte.
Lo sé, es más fácil decirlo que hacerlo. Pero si notas que luchas constantemente por ver tus propios defectos, ten en cuenta que la terapia puede ayudarte.
A veces es bueno escuchar la opinión de alguien que no es ni tu pareja ni tu amigo íntimo, sino un completo desconocido (que casualmente es un experto en la materia).
6. Además, prepárate para ver la situación desde el punto de vista de tu pareja
Por supuesto, para que una pelea se resuelva de forma sana y constructiva, tienes que ser capaz y estar dispuesto a ponerte en el lugar de tu pareja y ver toda la situación desde su punto de vista.
Pregúntese: “¿Qué le ha hecho reaccionar así?”, o “¿Cómo le han afectado mis palabras o acciones?”.
Haciéndote una serie de preguntas similares, te obligarás en cierto modo a entender su punto de vista.
Porque algunas cosas que a ti te pueden parecer sin importancia o insignificantes, en realidad pueden ser algo enorme para tu pareja.
Deja que te cuente su versión. Y de nuevo, asegúrate de escucharle de verdad. Si es lo suficientemente bueno para ti y no es tóxico, será sincero tanto consigo mismo como contigo, y no exagerará ni se inventará cosas que nunca han ocurrido.
Intentará por todos los medios ser tan amable contigo como tú lo eres con él.
7. Después de la conversación, oblígate a decir al menos 3 cosas agradables sobre el otro
Y por último, cuando hayáis terminado con vuestra larga y extensa conversación y cuando sintáis que ya no queda nada más que decir, lo único que queda por hacer es reparar los lazos rotos.
Podéis hacerlo obligándoos a decir al menos 3 cosas bonitas el uno del otro.
A veces, cuando estamos enfadados, nos cuesta ver las buenas cualidades de la persona que queremos.
Tendemos a centrarnos en lo negativo, sobre todo en las cosas que han provocado la pelea en primer lugar.
Pero, forzando la vuelta a esas cualidades tan conocidas, puedes reavivar tu amor, darte cuenta de que tu pareja es realmente perfecta para ti y convertir toda esa situación en un gran momento de unión para los dos.