Querido diario,
Salimos durante 3 años. Sí, tiempo pasado. Se acabó. Se acabó. Ya no existimos. Nuestros sueños se han ido. Y parece que todo lo que hicimos para alcanzar nuestras metas no fue suficiente para salvarnos de nuestro fracaso.
Pero eso ni siquiera es lo peor. Lo peor es que no supe qué pasó. No obtuve las respuestas que buscaba. Cuando le pregunté qué había pasado, me dijo: “Cariña, el amor no es suficiente”.
¿Pero qué quería decir eso? ¿Por qué no dijo nada más antes de bloquearme y dejarme para siempre? Yo sabía que allí había algo más que amor. 3 años, 3 largos años hemos pasado juntos, pero él lo terminó en 3 segundos. Necesitaba mi cierre, pero no lo obtuve.
“Querida, el amor no es suficiente”, eso fue todo lo que pude escuchar durante días. Todos mis amigos intentaron hacerme sentir mejor, pero sus palabras eran solo sonidos que venían de muy lejos. Mientras que las suyas resonaban sin parar.
Me pasaba las noches mirando nuestras fotos y llorando mientras revivía nuestros recuerdos favoritos. No era sólo amor, era mucho más que eso. Entonces, ¿por qué mintió? ¿Cuál fue la verdadera razón por la que decidió poner fin a nuestra relación? Quería gritarle estas palabras, pero no podía.
Era algo más que amor, porque recuerdo el día en que me volvió la ansiedad. Se acercó a mí y nos sentamos en silencio mientras me acariciaba la mano. Fue entonces cuando supe que recordaba todo lo que le había contado sobre mi ansiedad, y supe que se preocupaba por mí.
No hizo preguntas porque me entendía. No era sólo amor, era también comprensión mutua. Él estaba ahí para mí, y yo estaba ahí para él. No importaba lo duro que pareciera el día, sabía que lo tenía a él para sostener mi mano. Pero eso ya no existe.
Entonces recordé la noche en que hablamos de nuestros objetivos y planes para el futuro. Siempre quise hacer un voluntariado en Kenia, y fue un deseo que pedí incluso antes de saber que él existía. Y aunque eso significaba que no nos veríamos en 4 meses, él me dijo que debía ir.
Quería que hiciera realidad mis sueños, y nunca fue egoísta. Mis amigos ni siquiera pueden hacer un pequeño viaje por carretera sin sus parejas, pero él no tenía miedo de dejarme vivir mis sueños. Eso es porque confiaba en mí. Así que no era sólo amor, también era confianza.
Pasábamos la mayor parte del día juntos. Como nos interesaban las mismas cosas, siempre encontrábamos una nueva idea para salir.
A veces íbamos a la bolera, otras íbamos a concursos a bares. Pintábamos, estudiábamos, hacíamos ejercicio, cocinábamos y bailábamos juntos. Y cada día era especial. Todavía no me puedo creer cómo conseguimos encontrar tantas actividades nuevas cuando llevábamos tanto tiempo saliendo.
Sin embargo, aunque pasábamos la mayor parte del tiempo juntos, sabíamos que los dos necesitábamos un poco de tiempo a solas. O al menos algunas horas o incluso días para pasarlos con otras personas o solos, relajándonos y viendo películas.
Y nunca nos enfadamos por necesitar algo de distancia. La mayoría de la gente no piensa en ello de la manera correcta, así que enseguida cree que su pareja le va a dejar. Pero eso no es cierto. Todo el mundo necesita tiempo para sí mismo.
Así que no era sólo amor, sino también respeto mutuo.
Ahora entiendo por qué estaba tan confusa cuando me dijo que me dejaba de repente. El día anterior estábamos de picnic. Nos reímos, comimos su tarta de fresa favorita y vimos el primer episodio de un nuevo programa de televisión.
Y menos de 24 horas después, necesitaba aprender a vivir sola otra vez. Necesitaba aprender a despertarme sin “Buenos días, cariña, ¿cómo has dormido?“. Y tenía que irme a la cama sin “Cariña, no te preocupes, esta noche no tendrás pesadillas“.
Sólo había una cosa en mi mente y era “¿Cómo seguir adelante sin un cierre?”. No sabía cómo encontrar la paz sin saber qué causó realmente nuestra ruptura. Todo era genial, pero nuestros tres años perfectos desaparecieron en unas horas. Parecía un sueño.
Pero no un sueño que esperaba vivir con él. Era la peor pesadilla que podía imaginar. Era una pesadilla en la que vivía incluso cuando estaba despierta. Se convirtió en mi realidad. Así que supe que tenía que hacer algunos cambios porque vivir así me parecía un infierno.
Seguir adelante sin cerrar el caso fue la tarea más difícil que nadie me ha encomendado nunca. Pero me motivó a tener éxito. Primero, empecé a hacer ejercicio. Lo hice para poder centrarme en otra cosa y así relajarme un poco y empezar a pensar con claridad de nuevo.
Al poco tiempo empecé a notar que me ayudaba a dormir mejor. Y cada noche que dormía bien, me sentía más o menos bien por la mañana. Pero estar bien es mucho mejor que vivir un infierno, ¿verdad? Me dio fuerzas suficientes no sólo para hacer ejercicio, sino también para retomar mis otras actividades favoritas.
Empecé a leer, a salir con mis amigos, a cocinar, a cantar, a ver películas y a hacer cualquier otra cosa que me apeteciera. Por supuesto, mentiría si dijera que no estaba en mi mente. Pero aprendí a vivir con ello.
Era mi recuerdo favorito, pero eso es todo, sólo un recuerdo.
Me di cuenta de que la clave de la recuperación no es encontrar las respuestas a algo que sucedió. Porque a veces esas respuestas no existen realmente, o no quieren ser encontradas. Así que sólo pierdes tu precioso tiempo buscando un tesoro que no está ahí.
En cambio, seguir adelante significa liberarse de las cadenas de preguntas sin respuesta. ¿Has leído alguna vez un libro que no tuviera un final bien explicado? Al principio te molestó, pero más tarde te hizo pensar y se te ocurrieron ideas muy interesantes.
Pues bien, seguir adelante sin un cierre es lo mismo. Al principio será confuso, pero al final te ayudará a entender algunas cosas, como que todo pasa por algo. Y pronto descubrirás la tuya. Yo lo hice, y nunca me sentí mejor.