No sé tú, pero yo creo firmemente que no hay nada peor que cuando tu pareja rompe su promesa. ¡Otra vez! Aunque te haya jurado que no volverá a hacerlo.
En esas situaciones, te sientes como un completo idiota. Es como si ni siquiera te respetara lo suficiente como para esforzarse y cumplir su promesa.
Aunque las promesas rotas a veces no vienen de una intención maliciosa, sino de un lugar de pura ignorancia y pereza, todavía pueden ser muy hirientes y perjudiciales para cualquier relación.
Aquí hay cinco cosas que usted considera hacer cuando usted nota que su pareja ha comenzado a romper sus promesas.
1. Date tiempo para pensarlo todo
Cuando tu pareja rompe su promesa, lo mejor es tomarse un tiempo y reflexionar sobre todo. Probablemente no conseguirás nada si inmediatamente arremetes contra él y le acusas de lo que no ha hecho.
Puedes empezar haciéndote preguntas como: “¿Lo que me prometió era realmente tan importante?”, “¿La promesa era realista?” o “¿Rompe el trato si rompe una promesa?”.
Si tu pareja no hizo algo pequeño, como sacar la basura, esa promesa incumplida probablemente no te cueste la relación.
Sin embargo, si, por ejemplo, por enésima vez no viene a cenar, a pesar de que prometió que lo haría, entonces podría ser un problema mayor.
También tienes que tener en cuenta la frecuencia con la que incumple sus promesas. Si sucede a menudo, y sigues perdonándolo, entonces definitivamente algo tiene que cambiar.
2. Habla abiertamente de todo con tu pareja
Una vez que hayas hablado de todo contigo mismo, lo mejor que puedes hacer es confrontar abiertamente a tu pareja con su promesa rota.
La comunicación abierta es la clave de cualquier relación sana.
Por eso, hacerle preguntas como: “¿Eres consciente de que has roto tu promesa (otra vez)?” o “Al no hacerlo has herido mis sentimientos, así que me pregunto por qué no lo has hecho” puede ser muy beneficioso para ambos.
Al preguntarle abiertamente por qué no cumplió su promesa, evitarás reprimir tus sentimientos de enfado y molestia, y tendrás la oportunidad de verlo todo desde su punto de vista.
Tal vez dijo que iría a la tradicional noche de cine de los viernes con tus amigos, pero no lo hizo (otra vez) porque es tímido o se siente intimidado por ellos. O quizá tenía algo que hacer que no podía posponer.
De cualquier manera, la discusión abierta es el camino a seguir.
3. No seas pasivo-agresivo
Por mi experiencia personal, sé lo seductor que puede ser volverse pasivo-agresivo. Hay algo adictivo en ese comportamiento: sabes que no es bueno ni saludable, pero a veces no puedes evitar hacerlo.
Y cuando él pregunta: “Cariña, ¿te pasa algo?“, tú respondes: “Estoy bien“, y procedes a dar respuestas de una sola palabra.
Pero este comportamiento no es bueno para ninguno de los dos. Si te muestras pasivo-agresiva, lo único que conseguirás es embotellar toda esa rabia y frustración en tu interior, y darle a él la oportunidad de tener la sartén por el mango.
Créeme, siempre es mejor hablar abiertamente de todo con tu pareja. Especialmente de las cosas que no ha hecho. Porque, la mayoría de las veces, probablemente ni siquiera sea consciente de que ha hecho algo mal. Pero puede que esté dispuesto a aprender y arreglar sus errores.
4. Intenta encontrar una solución con él
Cuando tu pareja rompe su promesa, puedes acabar muy dolida. Pero eso no significa que tengáis que separaros. Ni mucho menos. Puede ser una oportunidad para que trabajéis en vuestra relación y encontréis una solución que funcione mejor para los dos.
Lo primero es abordar el problema. Esfuérzate en no etiquetar el incumplimiento de promesas como algo malo. Y fíjate también en si tú también rompes tus promesas de vez en cuando. Una vez que todo sea transparente, puedes empezar a trabajar en el plan para el futuro.
Por ejemplo, podéis elaborar una lista de cosas que son importantes para los dos y que no os gusta que se descuiden. Para él, podría ser ir juntos al gimnasio, y para ti ir al cine todos los viernes.
Esto no significa que tengas que hacerlo siempre, sino que no puedes prometer hacerlo si sabes que no vas a poder o no vas a estar de humor para cumplirlo.
También podéis hablar de las posibles consecuencias si se incumplen algunas promesas.
Al hacerlo, crearéis límites saludables en la relación y estableceréis una confianza muy necesaria.
5. O haz las paces y acepta que a veces las cosas no cambian a mejor
Y por último, un consejo no tan agradable: si notas que sigue incumpliendo sus promesas una y otra vez, y eso realmente te molesta y hiere tus sentimientos, quizá lo mejor sería plantearte romper.
Por supuesto, tendrás que determinar si la promesa es importante o no, o si está exagerando o no. Pero si sigue incumpliendo las promesas que te ha hecho, por pequeñas que sean, eso también puede significar que te está faltando al respeto.
Y eso no es algo que te merezcas.
A veces, las cosas no cambian para mejor. Puede que ni siquiera esté rompiendo sus promesas porque quiera hacerte daño. Tal vez sólo esté diciendo que hará algo con la atención de decirte lo que quieres oír, para poder seguir adelante con lo que sea que haya estado haciendo.
Pero eso no es una relación sana. Ambos tenéis que poner la misma cantidad de trabajo y esfuerzo para que vuestra relación florezca. Pero si eres la única que hace todo el trabajo, no es el adecuado para ti.