Un día vas a conocer a alguien con quien no sólo quieres pasar la noche, sino con quien esperas despertarte y compartir tu mañana.
Esta persona es diferente porque va a haber una persona que va a ser capaz de romper con la mierda que le vendes al mundo.
Te miran a los ojos y saben cuando estás mintiendo.
Te miran a los ojos y saben lo que estás pensando y sintiendo antes de que lo digas.
Hay una conexión que nunca entenderás. Pero te alegrarás de haber conocido a alguien que pueda compartir eso.
Y también te dejarán entrar en su mundo.
Hablarás de sueños y ambiciones como nunca antes lo habías hecho. Hablarás de decepciones y temores que ni siquiera conocías.
Hablas de inseguridades y errores y ahí tienes ante ti a alguien que no te juzga por nada de eso.
Va a haber una persona que atraviese cada pared que tengas y te quedes con esas emociones crudas que ni siquiera sabías que eras capaz de sentir.
Y vas a mirarlos sabiendo que no son perfectos. Pero a pesar de eso, sus defectos se complementan entre sí de una manera que todo tiene sentido.
Te darás cuenta de que un día te encuentras preocupado cuando todo lo que hiciste en el pasado fue preocuparte por ti mismo.
Te encuentras enojado con la gente que los ha hecho mal.
Te encuentras sintiendo estas cosas a través de otra alma y aunque nunca puedes quitarles el dolor o el pasado, las quieres en tu futuro. Cuando en el pasado sólo pensabas en tu propio futuro.
Un día te das cuenta de que si algo les pasara, serías un desastre.
Te das cuenta de que importan.
Te das cuenta de que siempre lo han hecho.
Te das cuenta de que siempre lo harán.
Te encuentras recordando cada pequeño detalle. Desde la primera vez que se conocieron y las primeras palabras que dijeron.
Y te sorprende porque vamos a través de movimientos en la vida viendo tantas caras y teniendo tantas interacciones pero de alguna manera recuerdas cada detalle de esta.
Y es algo que nadie entenderá. Pero la cosa es que no tienen que entenderlo. No tienen que aceptarlo o que les guste.
Porque lo has hecho.
Luego, reúnes el valor para decir tres palabras y no te contengas porque por primera vez estás mirando a alguien con total confianza.
Algún día conocerás a alguien que simplemente se siente como en casa.