Tenías una chica que se preocupaba por ti. Una chica que estaba ahí para ti, cuando nadie más lo estaba. Una chica que creyó en ti, cuando tú no lo hiciste. Una buena chica que los amó a todos, a pesar de que estaban lejos de ser perfectos.
Pero lo arruinaste. La ahuyentaste y la dejaste ir. Perdiste a esta buena chica.
¿Y por qué lo hiciste? Sé que sigues justificándote y tratando de culparla por todo lo que pasó.
Sé que estás tratando de poner excusas por tu comportamiento, convenciéndote a ti mismo de que ella te estaba pidiendo demasiado y que no eras tan malo como ella te presentó. Sé que eres un cobarde que no tiene las agallas para mirarte al espejo y aceptar que eres el único culpable de hacer que esta chica te deje y de romperle el corazón.
Bueno, no seré como todos los que te rodean. No te mentiré para que te sientas mejor contigo misma. Porque la verdad es que no mereces estar bien después de todo lo que has hecho. No mereces dormir con la conciencia tranquila.
No mereces pensar que tenías derecho a su amor. No mereces salir de esto sin un solo moretón en tu corazón y no mereces seguir adelante con tu vida como si nada hubiera pasado.
Por eso estoy aquí para enfrentarme a la dura verdad. Y la verdad es que no eras más que un tonto que no sabía apreciar todo lo que esta chica estaba haciendo por ti. Que nunca fuiste lo suficientemente hombre para tratarla con el respeto que se merecía.
En cambio, siempre te intimidó la fuerza y el poder de esta chica. Sentiste que no eras suficiente y quisiste disminuirla por eso.
Y sabes que? Pensaste bien. Porque nunca fuiste suficiente para ella. Y nunca lo serás.
¿Qué pensabas, que ella nunca te dejaría? ¿Que pudieras tratarla como quisieras y que ella se quedara ahí sentada pacientemente, esperando que cambiaras? ¿Que perdería más años tratando de hacerte mejor hombre de lo que eres en realidad? ¿Que ella te guiaría por la vida mientras tú no hacías nada más que darla por sentada?
¿Pensaste que volvería corriendo hacia ti? ¿Que te dejó sólo para que le dijeras algo y para que la persiguieras?
No cariño, ella se alejó de ti porque había tenido suficiente de tu comportamiento infantil. Porque se dio cuenta de que sólo la habías menospreciado todo el tiempo y que la habías retenido de todas las grandes cosas que es capaz de lograr.
Se dio cuenta de que siempre fuiste un hombre emocionalmente inseguro que sólo intentaba cortarle las alas y que quería bajarla a su nivel. Se dio cuenta de que usted nunca podría ser el apoyo que necesita y que nunca tendrá la capacidad de caminar hombro a hombro con ella a través de la vida. Se dio cuenta de que no eras el hombre con el que se veía envejecer.
Verás, esta chica se dio cuenta de que su amor no puede cambiar a un hombre que no quiere ser cambiado. Finalmente aceptó que siempre seguirás siendo un niño inmaduro de mamá y que nunca podrás ser el verdadero hombre que se suponía que eras. Y así como así, ella se rindió contigo.
Se dio cuenta de que nunca te necesitó, tú eras el que la necesitaba. Finalmente miró la verdad a los ojos y comprendió que podía hacerlo mucho mejor.
Y lo encontrará mejor. Encontrará un hombre maduro que ni siquiera pensará en dejarla ir. Un hombre que curará su corazón roto y un hombre que hará todo lo posible para hacerla sonreír. Encontrará a un hombre que la amará como ella te amaba a ti.
Y cuando eso suceda, ella estará feliz y tú seguirás siendo el mismo pedazo de mierda que siempre has sido. Cuando eso ocurra, la culpa te comerá vivo.
Porque es entonces cuando te darás cuenta de lo que te has perdido. Es entonces cuando te darás cuenta de que no has sabido mantener lo mejor que te ha pasado.