Ambos sabemos que las relaciones requieren trabajo duro e inversión por ambas partes. Pero, ¿y si eso no ocurre? ¿Puede tu relación (romántica) sufrir agotamiento?
Por desgracia, sí. Este término no sólo se reserva para una persona que está sometida a mucho estrés en el trabajo.
Todas tus relaciones, ya sean las que tienes con familiares y amigos o con tu novio (incluso marido) pueden pasar por el agotamiento de la relación.
Pero, no te preocupes. Si estás pasando por esto ahora mismo, no significa necesariamente que tu relación esté condenada a terminar.
Hay un par de formas de solucionarlo, de las que hablaremos más adelante. Primero, repasemos los conceptos básicos.
¿Qué es el agotamiento de una relación?
Estrés, estrés y un poco más de estrés que, en última instancia, conduce al agotamiento. Sí, es muy similar al agotamiento normal.
Las razones por las que esto ocurre en realidad varían. Tu vida profesional puede influir mucho en tu relación si no solucionas los problemas de inmediato.
No tener suficiente tiempo de calidad, o pasar demasiado tiempo juntos, hará que la chispa parezca estar disminuyendo.
Por supuesto, seguís queriéndoos, pero sentís que os falta algo. Cuando no recibes la misma cantidad de amor y afecto que das, la relación se agota.
Empiezas a distanciarte de tu pareja y sigues teniendo todas esas emociones negativas sobre tu relación.
Esas pequeñas cosas que él solía hacer por ti, ahora no tienen ningún valor, porque la ignorancia y la negligencia las sobrepesan.
La relación en sí tiene algunas fases y un giro equivocado puede conducir a esta etapa.
La primera fase es la conocida fase de luna de miel, en la que todo es perfecto. Os queréis y os apreciáis, y aún estáis intentando conquistar a vuestra pareja.
La segunda fase es la de la toma de conciencia. En esta fase, eres más consciente de quién es tu pareja y de cómo te afecta.
En la tercera fase se producen los cambios en tus niveles de estrés. No te vas a sentir tan motivado como al principio, pero tienes que superarlo.
Ten cuidado porque la fase de agotamiento está a la vuelta de la esquina. En esta fase, todos los problemas se acentúan y casi afectan a tu estado de ánimo.
La última fase es la del agotamiento habitual, en la que empiezas a buscar desesperadamente la salida porque tus problemas de pareja están afectando a tu vida.
Sin embargo, el agotamiento de la relación rara vez es una razón lo suficientemente buena como para dejarlo, sobre todo si hablamos de relaciones duraderas.
Has invertido tanto en hacer que funcione que sería una pena dejarlo pasar. Tu tiempo y tus emociones no deberían desperdiciarse, así que arremángate y arregla las cosas.
¿Qué causa el agotamiento en una relación?
Hay muchas cosas que pueden provocar el agotamiento en una relación, empezando por el hecho de que hayas dejado de trabajar en ti mismo hasta el punto de que el exceso de situaciones estresantes te esté haciendo un lío en la cabeza.
También es muy posible que uno de los dos no estuviera preparado para el compromiso, pero pensara que sería divertido intentarlo.
Otra causa importante de agotamiento en una relación es cuando sientes que eres tú quien invierte más tiempo, emociones y energía en algo que debería importaros a los dos. Tal vez os estéis distanciando y no te diste cuenta al principio.
También es posible que paséis demasiado tiempo juntos, o que vuestra relación empiece a parecer que sólo sois amigos con derecho a roce.
La razón más común para que se produzca este tipo de agotamiento es que no sois la prioridad del otro.
Con el paso del tiempo, te has acostumbrado a su presencia y sabes que, pase lo que pase, esa persona te cubre las espaldas. Hasta que un día, empiezas a elegir todo lo demás antes que a la persona que amas.
Incluso darás prioridad a tomarte un tiempo a solas cuando sepas que tu pareja ha tenido un día duro y que tu abrazo podría ayudarle. Intenta cambiar eso, o vete y salvaos los dos.
¿Cuáles son las señales de que estás experimentando el agotamiento de la relación?
Así que, hemos cubierto rápidamente todas las posibles razones que podrían conducir al agotamiento de la relación e incluso hemos dado algunas soluciones.
Pero, ¿cómo puedes saber que realmente lo estás experimentando? ¿Hay señales que lo indiquen?
Sí, las hay, y estaremos encantados de ayudarte. En la siguiente parte, podrás leer todos esos indicios de que estás al borde del agotamiento en una relación, o de que ya está ocurriendo.
Ahora te toca a ti decidir qué vas a hacer con esa información. ¡Abróchate el cinturón!
1. Te sientes satisfecho
Cuando se tiene una relación duradera, ambos pueden sentirse satisfechos. Esto significa que la pareja se acostumbra el uno al otro y están relajados.
Piensan que nada puede salir mal y, al final, toda la relación se vuelve muy aburrida.
Ya no intentan aportar emoción, ninguno de los dos inicia citas divertidas, ni se hacen cumplidos como antes.
También es posible que lo estéis haciendo hasta cierto punto, pero de alguna manera, toda la relación se volvió demasiado predecible.
2. Te sientes desconectado de tu pareja
Si sientes que tu relación está agotada, también te sientes desconectado de tu pareja. Ya no te entusiasma pasar tiempo con él, y todas las actividades divertidas que hacíais antes ya no te atraen.
Algunas de las cosas pueden llegar a ser demasiado estresantes, e incluso te obligarás a pensar menos en toda la situación, incluyendo a tu pareja.
3. Aparece la ansiedad
¿Sientes ansiedad cada vez que tienes que salir con tu pareja o simplemente pasar un rato con ella? Es una de las señales de que puedes estar experimentando el agotamiento de la relación.
Empezarás a cuestionarte si realmente es el indicado para ti o si deberías iniciar tú la ruptura.
Todo el mundo dice que deberías estar en paz con la persona que amas y sentirte tranquila, pero está claro que algo falla en lo que respecta a vuestra relación.
4. Discutís más
No es ningún secreto que incluso las parejas más sanas discuten a veces. La forma en que resuelven esas discusiones es lo que les une más y estrecha su vínculo.
Si últimamente has notado que tu pareja y tú discutís mucho más, presta atención también a los otros signos.
Probablemente te irritas con facilidad y sus rarezas ya no son adorables. Con el tiempo, uno de los dos empezará a “regañar” por todo lo que está mal en la relación, y si no resolvéis los problemas de forma sana, acabaréis con la relación muy pronto.
5. Te desconectas durante las conversaciones
Ya no es tan fácil seguirle mientras habla de su día, y sientes que te desconectas durante las conversaciones.
Sí, esa es otra señal de que estás experimentando el agotamiento de la relación. Te distraes con facilidad, y ahí es donde empiezan los problemas.
Debido a esto, no eres capaz de tener una comunicación sana con tu pareja para resolver problemas o expresar tus sentimientos. Empezarás a sospechar que a él le pasa lo mismo (que probablemente sea así) y acabarás desconectando.
6. El estrés está en todas partes
Si empezaste a sentirte negativa con tu relación y sientes que estás bajo mucho estrés, el agotamiento de la relación está en el horizonte.
Salir en una cita lleva demasiado trabajo, y compartir tus logros ya no es tan divertido como solía ser.
En cuanto una relación empieza a traer más estrés a tu vida que apoyo real, es hora de trabajar en ella. Pero, pensar que hablar de estos problemas trae aún más estrés, y que estás emocionalmente agotado…
7. El juego de las culpas está en su punto
Cuando estás hablando de las cosas, el juego de la culpa está a punto, y por eso lo estás evitando inconscientemente.
Claro que las relaciones tienen problemas, pero no es normal que estés acusando a tu pareja de cada pequeño problema que surge. La culpa también es tuya a medias.
Sin embargo, sigues señalando con el dedo a tu pareja y él hace lo mismo. Lo que en realidad estáis haciendo es proyectar los problemas de cada uno en la otra persona en lugar de haceros cargo de ellos.
8. No tienes ganas de trabajar
Estás atrapado en este bucle y está claro que no te apetece ponerte a trabajar. Cada vez que intentabas hablar de los problemas, las cosas iban cuesta abajo, y ya no quieres molestarte más.
Si él quiere que te quedes, luchará. Pero, no puede hacerlo solo…
Sé que ha sido agotador, sobre todo si eras tú la que luchaba, pero date una oportunidad más. Además, déjeme decirle algo interesante.
Acaba de dar el primer paso para mejorar su relación mientras lee esto, así que adelante, luchen esa batalla final… ¡juntos!
9. A veces, sólo quieres irte
Supongo que la sensación de vacío dentro de tu pecho y el deseo de dejarlo todo atrás te resulta mucho más familiar de lo que yo pueda describirlo. Sí, por mucho que la relación parezca buena desde fuera, a veces sólo quieres irte.
No hay nada malo en ello porque, en realidad, estás intentando salvarte de que te vuelvan a hacer daño.
Probablemente, tienes algún trauma no curado del pasado que te está haciendo levantar tus muros una vez más. ¿Lo conseguirás o todavía no es demasiado tarde para evitar que te vayas?
10. Ya no hablas del futuro
Hubo tiempos en los que te sentabas durante horas a hablar de cualquier cosa. Te imaginabas cómo sería tu casa, o si tus hijos correrían por el porche, y si tendrías un Golden Retriever o un Labrador.
Pero ya no habláis del futuro. Habéis olvidado el pronombre “nosotros” y habláis en singular con demasiada frecuencia.
Por desgracia, esta es una de las señales más seguras de que vuestra relación está pasando por su fase de agotamiento y que tenéis que hacer algo si queréis que dure.
11. Una mirada errante
La última señal de nuestra lista es la mirada perdida. Esto significa que uno de los dos, o ambos, empezarán a preguntarse si la hierba es más verde en el otro lado y si podrían encontrar a alguien mejor.
Sinceramente, no querrás que tu relación llegue a este punto.
Los pensamientos son sólo el primer paso hacia la acción, y si el desorden en tu relación continúa, el engaño es inevitable.
Tanto si hablamos de engaño físico como emocional, tu pareja puede buscar fuera de tu relación todo lo que le falta.
¿Es posible superar esto?
Afortunadamente, sí, es posible superar el desgaste de la relación. Cada pareja es diferente, así que no existe una receta universal para arreglar las cosas. Tenéis que hacerlo juntos.
Ni tú ni tu pareja debéis sentiros abandonados porque sólo podréis solucionarlo en equipo.
Tenéis que anotar ideas concretas para mejorar, y ambos tenéis que expresar vuestras necesidades. Sólo así estarás seguro de que tu pareja te ha escuchado y de que no hay excusas para desatenderlas.
En caso de que hayas notado que algo te molesta específicamente a ti o a tu pareja, por favor, identifica los desencadenantes que pueden profundizar las heridas.
A medida que trabajéis para eliminar los factores estresantes de vuestra relación, es muy probable que la sensación de agotamiento disminuya.
También es muy importante que programéis tiempo de calidad juntos y que respetéis cuándo uno de los dos necesita tiempo para el autocuidado.
Mejorar el bienestar del otro, planear una escapada de fin de semana y devolver la diversión a vuestra relación.
Si te resulta muy difícil resolver estas cosas por tu cuenta, pero aún no estás dispuesto a rendirte, siempre puedes buscar ayuda profesional. Podría ser beneficioso escuchar una opinión neutral.
Y no olvides tener paciencia. Tus problemas no surgieron de la noche a la mañana, así que tampoco pueden resolverse tan rápido.
Cree que todo irá bien y da lo mejor de ti para salvar tu relación.
Sin embargo, si lo has intentado todo y sigues sintiendo que todo no es más que una carga para ti, es el momento de romper. De nada sirve llorar sobre la leche derramada, ¿verdad?