¿Existe una forma correcta de querer a un niño? ¿Puedes encontrar algunas recetas en Internet y seguirlas? No hagas tus apuestas todavía. Eres el único que conoce a tus hijos por completo, eso es inevitable. Como padre, los verás crecer y convertirse en bellos seres humanos, por dentro y por fuera.
Eres el que mejor sabe cuánto te quieren tus hijos y, por supuesto, haces todo lo posible por demostrarles el amor incondicional que sientes por ellos. A veces puede parecer que estás fracasando, pero mientras su bienestar sea tu prioridad, yo diría que vas por buen camino.
Ser padre no es un trabajo fácil, pero hay que aceptar todos los retos que conlleva. Puede que tengas que luchar a lo largo de tu vida, pero no te rindas. Son tus pequeños milagros y debes tratarlos como tales. Deja que cambien tu mundo sonrisa a sonrisa.
Si necesitas algún consejo sobre crianza, quédate por aquí para conocer algunas reglas de paternidad que nos enseñan a querer de verdad a un hijo. Seguro que ya cumples al menos algunas de ellas. Así que, empecemos.
1. Estar presente
Esté presente en todos los momentos importantes de su vida. Acompaña a tus hijos cuando más te necesiten y demuéstrales que pueden contar contigo cuando las cosas se pongan difíciles.
Cuando pases tiempo con ellos, ignora todo lo demás. Olvídate de distracciones como el teléfono o la televisión y céntrate únicamente en ellos.
Cuando crezcan, recordarás esos momentos con cariño y te alegrarás de haberlos elegido por encima de todo lo demás. Porque, créeme, por mucho tiempo que pases con tus hijos, nunca es suficiente.
2. Intenta aceptar sus sugerencias siempre que puedas
A ver si lo entiendo. No digo que debas regalarles todo lo que se les ponga por delante, pero si lo único que tienes que hacer es invertir tu tiempo, no digas que no. Siéntate y rellena con ellos esos libros para colorear, y mira con ellos sus dibujos animados favoritos si te lo piden.
No pienses que les estás malcriando. Al contrario, les estás demostrando que son importantes en tu vida. Les estás mostrando cómo se merecen ser tratados y aprenderán que el verdadero amor no está en comprar regalos, sino en pasar tiempo de calidad con la persona que les importa.
3. Léeles
Seguro que disfrutabas cuando tus padres te leían cuentos antes de dormir, ¿verdad? Pues haz lo mismo con tus hijos. Léeles en voz alta y con frecuencia. Si estás acostumbrado a leerles solo un cuento de buenas noches, sorpréndeles con uno más esta noche.
Tus hijos apreciarán que aceptes la responsabilidad con entusiasmo y disfrutarán de cada segundo que pases con ellos. Mientras les lees, puede que acaben enamorándose de los libros, lo que sin duda les ayudará a desarrollar sus habilidades lingüísticas.
4. Déjales ser ellos mismos
No me canso de repetirlo: ¡déjales ser ellos mismos! Es el mejor regalo que puedes hacerle a tu hijo. Celebra su singularidad y haz todo lo que puedas para ayudarles a cumplir todos sus sueños. Déjales creer que Papá Noel es real si quieren.
No les presiones para que cambien ni intentes hacerles encajar en una caja. Deja de tener grandes expectativas para ellos, porque aún no lo entienden. Déjales ser ellos mismos y crecer a su ritmo.
5. Hazles reír y fomenta su comportamiento infantil
Baila con ellos. Dales cacharros para que toquen algo de música. Puede que no sea muy agradable para tus vecinos, pero tienes que fomentar su comportamiento infantil. Llévalos fuera y haz galletas de barro con ellos.
Hazles reír hasta que les duela el estómago y lloren de alegría. Canta con ellos, ponles caras tontas y decora tu cena de forma interesante. No puedo decirte quién va a disfrutar más, pero te prometo que ambos tendréis recuerdos increíbles.
6. Vete de aventuras con ellos
¡Sí! Vive aventuras con ellos. Llévales de excursión o a pasear por el bosque. Ve a la costa y enséñales a nadar. Explora las cuevas escondidas y ve al cine en pijama. Sé aventurero y deja que tu niño interior salga a jugar con ellos.
Enséñale a tu hijo que el aula no son solamente cuatro paredes y una pizarra. Descubra el mundo con ellos, viaje a viaje. Preséntales cocinas y culturas diferentes. Haz que aprecien todo lo que el mundo puede ofrecerles.
¿Qué es lo que realmente quieren? Escuche a sus hijos cuando hablen de las cosas que les gustan y observe cómo les brillan los ojitos cada vez que mencionan algo concreto. Si sabes que a tu hijo le encantaría jugar al fútbol, regálale ese balón.
Si a tu hija le gustaría ser bailarina, llévala a ver un ballet. No les compres regalos por comprar o porque sea una ocasión especial. Cómprales regalos bien pensados en un día cualquiera y demuéstrales lo mucho que los aprecias. ¡Seguro que recibirás el abrazo más cálido!
8. Habla de sentimientos
Enséñales que los sentimientos tienen que estar ahí, que no hay nada malo en expresarlos. Habla de tus emociones y asegúrate de vocalizarlas claramente. Tus hijos tienen que aprender que estar triste, disgustado, ansioso o deprimido no es tan malo como dice la sociedad.
Explícales con cuidado cómo debe tratarles otra persona y diles que no acepten nada menos de lo que se merecen. Háblales del amor, la felicidad y la alegría. Hazles entender la diferencia entre una vida feliz y la vida que no deberían vivir. Pero, ten cuidado de no proyectar tus propios sentimientos en ellos.
9. Expresa tu amor
Exprésale tu amor con regularidad y asegúrate de que lo siente. Pon una notita en su fiambrera, escríbeles poemas tontos y hazles sonreír cuando estén lejos. Abrázales a menudo y dales suaves besos en la cabecita.
Exprésale tu amor de mil maneras, ¡y exprésalo a lo grande! Hazles saber que las palabras también importan, aunque las acciones hablen más alto. Hazles entender que les quieres incondicionalmente, aunque te enfades con ellos de vez en cuando.
Diles que les quieres cada día al levantarse y al acostarse. Díselo en voz alta y susúrraselo al oído cuando estén sus amigos. Diles que les quieres hasta la luna y de vuelta, hasta el infinito y más allá, por los siglos de los siglos…
Asegúrate de que lo saben con cada átomo de su ser: ¡es la única estrategia que necesitarás!