La comunicación entre hombres y mujeres puede parecer a veces como navegar por un campo de minas, sobre todo cuando aparecen continuamente ciertas frases que hacen que las mujeres se acobarden. Muchas mujeres oyen una y otra vez los mismos comentarios manidos de los hombres y, francamente, les agotan. Entender qué frases hay que evitar puede ayudar a crear conversaciones más respetuosas y significativas. Este artículo explora siete frases comunes que las mujeres desearían que los hombres dejaran de decir.
1. Eres demasiado emocional
Desestimar los sentimientos de alguien calificándolos de excesivamente emocionales es una de las formas más rápidas de cortar la comunicación genuina. Las mujeres expresan sus sentimientos como cualquier otra persona, y calificar esas emociones de excesivas es insultante e invalidante.
Cuando los hombres utilizan esta frase, sugieren que las reacciones de las mujeres no son razonables o no merece la pena tomarlas en serio. Esto crea distancia en las relaciones e impide que se desarrolle un verdadero entendimiento. Las emociones son respuestas humanas normales, no defectos de carácter.
En lugar de descartar los sentimientos, intenta hacer preguntas para comprender lo que realmente molesta a alguien. La escucha activa llega mucho más lejos que la crítica.
2. Cálmate
¿De verdad ha funcionado alguna vez decirle a alguien que se calme? Las mujeres oyen esta frase constantemente, y casi siempre tiene el efecto contrario. En lugar de calmar la situación, hace que la persona sienta que sus preocupaciones no importan.
Esta orden implica que la mujer está exagerando o no está siendo razonable, lo que sólo añade leña al fuego. La mayoría de las personas se enfadan más cuando se sienten desoídas o tratadas con condescendencia.
Un enfoque mejor es reconocer primero los sentimientos de la persona antes de intentar resolver el problema. La validación crea espacio para una conversación productiva, mientras que las exigencias de calma sólo crean más tensión y resentimiento entre las personas.
3. No todos los hombres
Cuando las mujeres comparten sus experiencias con el acoso o la discriminación, responder con esta frase equivoca completamente el punto. Las mujeres no afirman que todos los hombres se comportan mal, sino que hablan de pautas que han encontrado en sus vidas.
Lanzarse con esta defensa hace descarrilar la conversación y desvía la atención del verdadero problema. Hace que la discusión se centre en proteger los sentimientos de los hombres, en lugar de abordar las legítimas preocupaciones de las mujeres.
La mejor respuesta es simplemente escuchar sin hacer que se trate de ti. Reconoce la experiencia que se está compartiendo y ofrece apoyo en lugar de ponerte a la defensiva. La comprensión surge de escuchar a la gente, no de contradecir inmediatamente su realidad vivida.
4. Deberías sonreír más
Decir que las mujeres sólo deben ser “decorados agradables” ignora su humanidad. No son atrezzo: tienen voz y emociones propias.
Nadie le debe al mundo una sonrisa constante, y decirle a alguien que cambie su expresión facial es increíblemente presuntuoso. A las mujeres se les permite tener caras neutras o serias sin comentarios de los demás.
Dato curioso: los estudios demuestran que esta frase rara vez se dirige a los hombres, lo que revela una expectativa injusta depositada específicamente en las mujeres. Respetar a las personas significa dejar que se expresen con naturalidad, sin exigirles que interpreten la felicidad para tu comodidad o entretenimiento.
5. ¿Tienes la regla?
Ya es hora de abandonar el mito de que las emociones de las mujeres sólo tienen que ver con su ciclo menstrual. Sus sentimientos son válidos, independientes y merecen respeto.
Utilizar esta pregunta descarta preocupaciones legítimas atribuyéndolas a las hormonas y no a las circunstancias reales. Es una forma perezosa de evitar asumir la responsabilidad o comprometerse con lo que alguien te está diciendo realmente.
Las mujeres pueden estar enfadadas, frustradas o molestas por razones perfectamente válidas que no tienen nada que ver con su cuerpo. Respetar significa tomar las palabras de la gente al pie de la letra, en lugar de buscar excusas biológicas para invalidar sus perspectivas o preocupaciones.
6. No eres como las demás chicas
Los hombres suelen pensar que esto es un cumplido, pero en realidad insulta tanto a la mujer que lo oye como a las mujeres en general. La afirmación implica que la mayoría de las mujeres son de algún modo inferiores o menos dignas de respeto.
Esta frase obliga a las mujeres a distanciarse de su género para ser valoradas. Crea una competencia y una división innecesarias entre las mujeres, en lugar de celebrar lo que hace que cada persona sea única como individuo.
Cada mujer es diferente a su manera sin necesidad de menospreciar a la mitad de la población. Elogia cualidades o intereses concretos en lugar de comparar favorablemente a alguien con un estándar imaginario de feminidad típica que, de todos modos, no existe realmente.
7. Deja que te lo explique
Suponer que las mujeres necesitan que les expliquen conceptos básicos, sobre todo en sus propias áreas de especialización, es agotador e irrespetuoso. Este comportamiento, a menudo denominado mansplaining, se produce cuando los hombres explican en exceso cosas que las mujeres ya entienden perfectamente.
Las mujeres se encuentran a menudo con esto en entornos profesionales donde se cuestionan constantemente sus conocimientos y competencia. Hace perder el tiempo y mina la confianza, haciendo que el lugar de trabajo sea menos agradable y productivo para todos los implicados.
Antes de lanzarte a dar explicaciones, piensa si la persona te ha pedido ayuda o una aclaración. Respetar la inteligencia de alguien significa asumir primero su competencia y ofrecer ayuda sólo cuando la otra persona la necesite o la pida de verdad.

