Las relaciones, o al menos las nuevas relaciones, tienen una forma de hacerte hacer cosas que nunca habías hecho antes.
De repente, te encuentras obsesionado con alguien que quiere saberlo todo sobre ti, ansía tu atención y ama todo lo que eres. Aunque quizá no todo.
Las relaciones son bonitas, pero no lo son cuando te hacen cambiar porque tienes miedo de que tu pareja no te aprecie por lo que eres.
Antes de que te des cuenta, estás cargando con todo tipo de equipaje y ocultando diferentes partes de tu personalidad.
Aunque suene extraño, las relaciones no deben obligarte a hacer cosas con las que no te sientas cómodo.
No te cortes a la hora de hablar de tus aficiones, de los programas de televisión que ves cuando estás triste o de los familiares misteriosos que sólo aparecen cuando necesitan algo de ti.
Aunque pueda parecer mucho trabajo, es mejor que muestres tu personalidad adictiva desde el principio. Te traemos un par de consejos y trucos para ser fiel a ti mismo y mantener una relación sana, a pesar de todo.
1. Deja claros tus límites desde el principio
Sabemos que quieres hacer feliz a tu pareja, y sabemos que te han dicho que tienes que decir “¡Sí!” más a menudo incluso cuando no quieres hacer algo.
Seguro que ver otra película que no te gusta no afectará tanto a tu autonomía. Pero establecer límites sanos y decir “¡No!” cuando no te apetece hacer algo puede marcar una gran diferencia.
No huyas de tener una conversación sobre cosas que están fuera de los límites. Tal vez no quieras invitar a nadie a casa cuando vuelvas del trabajo.
Tal vez no quieras pasar los sábados por la noche jugando a videojuegos. No hay nada malo en esas cosas, pero no quieres hacerlas, lo que significa que puedes decirles “¡No!”.
2. No dejes de trabajar en ti mismo y de alcanzar tus objetivos
Demasiadas personas se pierden a sí mismas cuando entran en una relación. Por lo tanto, no debes dejar de trabajar en ti mismo y de alcanzar tus metas porque estés comprometido con alguien.
A decir verdad, no deberías ver las relaciones como una especie de cambio.
Tanto si estás solo como con alguien, tienes que trabajar en quién eres como persona. Tal vez estés pensando en conseguir un ascenso, cambiar de profesión o renunciar a un puesto que no satisface tus necesidades.
Tal vez estés pensando en hacer más ejercicio, comer mejor y centrarte en tu salud.
Sea cual sea el caso, no te olvides de tus planes (y necesidades) por centrarte en otra persona. Nos atreveríamos a afirmar que tus necesidades son lo primero, sea cual sea la etapa de la vida en la que te encuentres.
3. No hagas concesiones en todo
Todo el mundo dice que “las cosas pequeñas no importan” y que no debes convertir en un problema algo que no es importante para ti o para tu pareja.
Pero, ¿qué hace que algo sea importante o no cuando hablamos de relaciones?
Cuando te encuentras comprometiéndote en todo porque no quieres pelear, no quieres montar una escena o quieres ser la persona más grande…
Oh, puede que descubras que te has ido perdiendo a ti mismo poco a poco.
Claro que no hace falta que escuches el tipo de música que te gusta cuando te vas de viaje por carretera. Claro que no hace falta que tengas la marca de leche que prefieres porque él prefiere la otra. Y ni siquiera aprecia tanto caminar después de hacer ejercicio.
Recuerda que él también puede comprometerse a algo.
4. Sigue quedando con amigos y familiares por tu cuenta
Cariña, tenías una vida mucho antes de que él apareciera. Quizá pasabas los jueves por la noche en casa de tus padres pasando el rato, jugando y preparando la cena. Tal vez solías tomar un café con tu mejor amiga todos los viernes después del trabajo.
Claro que puedes hacer algunos cambios cuando tengas que quedar con él. Pero no dejes de hacer las cosas que te gustan simplemente porque él haya entrado a formar parte de tu vida.
Ahora puede conocer a tus amigos y a tu familia. Puede salir con ellos de vez en cuando. Incluso puede formar parte de tus reuniones familiares y de tu grupo de amigos.
Pero eso no significa que pueda quitarte tu “tiempo a solas” con ellos. Por mucho que tus amigos y tu familia le quieran, siempre te querrán más a ti.
Y, debes apreciar esos momentos con ellos todo el tiempo que puedas.
5. Sigue insistiendo en el “tiempo para mí”
Sabemos que los tortolitos queréis pasar juntos cada momento de la vigilia. No hay nada mejor que pasar el día con alguien a quien adoras, desayunar juntos, tomar un café juntos e incluso ir de compras juntos. Pero tampoco hay nada mejor (y más sano) que pasar un buen rato separados.
Saca tiempo para hacer lo que te apetezca. Si te apetece ir a esas clases de yoga a las que llevas tiempo echándoles el ojo. Si estás pensando en asistir a un musical al que él nunca asistiría.
Sea como sea, el “tiempo para mí” puede ayudar realmente a que vuestra relación mejore.
6. No sustituyas el “yo” por el “nosotros”
Parece una tontería, ¿verdad? Pero te sorprendería lo mucho que una simple palabra puede cambiar tu forma de ver el mundo, a tu pareja y a ti mismo.
Y, ni siquiera eres consciente de lo mucho que Instagram, TikTok y otras plataformas te condicionaron a pensar que hay algo malo en ti por negarte a referirte a ti mismo como “nosotros”.
Claro, estás obligado a usar “nosotros” más a menudo que antes porque pasas mucho tiempo con otra persona.
Cuando hables de algo que está pasando, lo más probable es que estés hablando de algo relacionado con tu pareja. Pero asegúrate de no pillarte diciendo cosas como “nos gusta ese programa de televisión” o “no podemos asistir a vuestra fiesta”.
Hablar por ti mismo puede marcar un mundo de diferencia. Tú eres tu propia persona, y no hay nada malo en seguir siéndolo cuando entras en una relación.