A menudo olvidamos la importancia de las cosas que hemos vivido de niños, sin ser conscientes de la influencia que tienen en nuestra vida adulta. Cuando esas cosas malas sucedieron, no sabías el efecto dominó que podían causar más adelante en la vida.
En aquellas situaciones estresantes y a veces peligrosas, hacíamos lo posible por aguantar. Tal vez estabas sentado en un rincón de tu habitación, con la puerta cerrada y las palmitas cubriendo tus oídos. Y rezabas para que todo terminara.
Tal vez, a lo largo de tu infancia, sentiste que tu opinión no importaba y que no eras importante, y eso dolió. Dolió mucho. O tal vez perdiste a la única persona que supo estar siempre a tu lado, y eso te hizo sentirte vacío y solo en el mundo.
¿Con qué trauma de la infancia tuviste que lidiar? Aquí están cinco de los más comunes que no debes ignorar porque pueden afectar profundamente todas tus relaciones en la vida.
1. Abandono emocional
No puedo decir que éste sea el peor, pero sí que te destroza la vida. Sobre todo porque es algo que nadie puede ver. No hay signos visibles de este trauma y a veces es difícil identificarlo.
Tus necesidades y deseos pueden haber sido desestimados, ya sea por tus padres o por tus cuidadores. Nadie te ofreció apoyo en un momento en que lo necesitabas desesperadamente, así que tuviste que resolver las cosas por tu cuenta. Tal vez tus padres prestaron más atención a tus hermanos, o simplemente estaban ocupados persiguiendo sus carreras.
Como resultado de este trauma, tu autoestima sufrió un duro golpe. Probablemente no eres capaz de luchar por tus propias necesidades. Comprometes tu valor y te conformas con lo mínimo porque crees que no mereces más.
2. Abuso de cualquier tipo
Ya sea que hablemos de abuso físico o emocional, es algo que necesitas sanar. Tal vez fuiste testigo de la violencia doméstica, o incluso la experimentaste pero nunca tuviste el valor de hablar de ello. Nunca tuviste la oportunidad de esa infancia feliz de la que todo el mundo presume.
Puede que algunas de las cosas malas que te han hecho hayan dejado marcas en tu cuerpo, pero las cicatrices invisibles en realidad duelen más. Sé que va a ser difícil volver a pasar por ello, pero tienes que ayudar a tu pequeño yo.
Es probable que ahora mismo estés luchando contra la ansiedad y la depresión, e incluso puede que sufras el síndrome de estrés postraumático (PTSS) o el trastorno de estrés postraumático (PTSD). Esto influye en gran medida en su confianza y autoestima, y su autoimagen está distorsionada.
3. La pérdida de un ser querido
La pérdida repentina y trágica de un ser querido tiene un gran impacto en un niño. Tanto si ha sido violenta como si no, la pérdida de un ser querido es un acontecimiento traumático en la vida de uno. Esta persona puede ser su familiar o su cuidador, o simplemente alguien con quien pasaba mucho tiempo.
Este acontecimiento suele hacer que el niño se sienta culpable o se culpe por todo lo ocurrido. Puede que se pregunte constantemente por qué esa persona tuvo que irse y sienta que nunca aceptará el hecho de que se haya ido.
Como consecuencia, desarrolla problemas de confianza y no es capaz de comprometerse con alguien. Incluso si un chico se esfuerza por demostrarte que se va a quedar, tienes miedo de perderlo. Tienes dificultades para enfrentarte a estos miedos, pero no te rindas. Hay una luz por delante en este oscuro túnel.
4. Acoso escolar
El bullying y el ciberbullying dejan una gran huella en un niño. Si no te hiciste daño a ti mismo cuando eras más joven, probablemente quisiste hacerlo en algún momento. Nadie puede hacerte tanto daño como los niños que se burlan de ti por tu aspecto físico, tu posición social o tus logros académicos.
En la mayoría de los casos, ni siquiera reconoces que se trata de un abuso, y los adultos que deberían ser responsables de evitarlo simplemente lo desestiman como un juego de niños; eso hasta que ocurre algo grave.
Este tipo de trauma puede tener un gran efecto en tu salud mental y tu comportamiento. Puede que empieces a tratar mal a los demás, o que te cierres por completo. La ansiedad social puede desarrollarse con el tiempo y puedes tener ataques de pánico cada vez que tengas que pasar tiempo rodeado de un grupo de personas.
Piensas que no eres lo suficientemente bueno, o que no mereces la atención de alguien, por lo tanto tener relaciones sanas puede ser muy difícil para ti.
5. Tus padres se divorciaron
Por último, pero no menos importante, hablemos del divorcio. Si tus padres se divorciaron pacíficamente, o nunca fuiste testigo de una pelea entre ellos, tú, querida, eres la afortunada. Aunque, en algún momento, hayas pensado que tú eras el responsable de este desenlace.
Puede que no seas consciente de ello, pero también se trata de un acontecimiento traumático que ha dejado algunos problemas. Para empezar, tienes una imagen diferente de cómo es el amor, o ni siquiera crees en él. El concepto de matrimonio no tiene sentido para ti.
Tener y mantener una relación romántica sana puede ser difícil, porque si fuiste criado por una madre soltera, sabes que es importante que seas fuerte e independiente. No pedirás ayuda aunque realmente la necesites.
Para terminar…
Ninguno de estos traumas es fácil de superar, así que si has descubierto que sufres uno y sientes que no puedes manejarlo por ti mismo, busca ayuda profesional. Pasar por estas malas experiencias puede causarte problemas físicos y mentales a largo plazo.
También es posible que tengas problemas con las relaciones en tu vida y que hayas desarrollado otros rasgos negativos de personalidad que son causa directa de tus traumas infantiles. Puede ser difícil navegar por la vida con ellos, pero hasta ahora lo has superado.
Al final, quiero pedirte un pequeño favor. Por favor, enfréntate a tus miedos y ayuda a ese pequeño niño que se esconde dentro de ti. Sé valiente y cúrate.