¿Alguna vez te regañaron si no hacías las tareas de la casa? Creo que todo el mundo ha tenido la “alegría” de discutir con sus padres, sobre todo en la adolescencia.
La infancia de casi todo el mundo está marcada por el hecho de que sus padres sean “molestos” a veces, especialmente cuando los niños querían cosas que sus padres no podían darles en ese momento.
Puede tratarse de una simple tarea como limpiar tu habitación. Tal vez tu padre y tu madre te obligaban a hacer ciertas actividades aunque no expresaras ningún deseo al respecto.
Sea cual sea el caso, todos hemos librado nuestras batallas con ellos y nunca le hemos dado mucha importancia. Dicho esto, a veces los padres estrictos pueden confundirse con padres narcisistas.
De niño, es probable que esto ni siquiera se te ocurriera porque no tenías ningún conocimiento sobre el trastorno narcisista de la personalidad. Es más, te educaron así para que creyeras que es normal.
La exposición al abuso narcisista se vuelve imperceptible con el tiempo. Tal vez seas hijo de padres narcisistas y hayas comenzado a exhibir algunos de los rasgos narcisistas comunes. Esto hace que te preguntes sobre todas las posibles consecuencias de este comportamiento que afectan a tu vida.
Las consecuencias de vivir con padres narcisistas pueden ser terribles. Puedes cerrarte y ser incapaz de ser independiente porque te han controlado la mayor parte de tu vida. O imitar su comportamiento, lo que puede llevarle a convertirse en un narcisista.
En cualquier caso, te encuentras con dificultades para hacer frente a la vida cotidiana y esto también afecta a las personas que te rodean.
Si algo de esto te llama la atención, no te sientas mal por ti mismo y, sobre todo, no cargues con la culpa. Aquí tienes un par de recordatorios para los adultos criados por padres narcisistas.
1. La aceptación es la clave del éxito
Si estás lidiando con un pasado problemático que incluye padres narcisistas, puede ser un comienzo difícil para la edad adulta.
Sin embargo, lo más importante es reconocer que has pasado por una forma de abuso. El trastorno narcisista de la personalidad es un trastorno mental que afecta a un círculo de personas relacionadas con el narcisista.
A lo largo de tu infancia, tus padres no te prestaron suficiente atención y no recibiste el amor incondicional que debías. Esto podría reflejar en gran medida la forma en que ves las relaciones hoy en día. Tal vez tengas problemas de confianza y te cueste abrirte a la gente.
Por otro lado, puede que seas demasiado pegajoso porque estás acostumbrado a depender de alguien. Muchas personas que han sido afectadas por narcisistas se sienten así, y está bien.
La clave para salir de este horrible ciclo es, ante todo, la aceptación. Tienes que reconocer el hecho de que eres una víctima del NPD.
No es sólo la forma en que te han criado y ciertamente no tiene que moldear tu vida adulta, y más tarde, tu relación con tus hijos.
Buscar ayuda profesional también puede ser un paso más en el proceso de curación. Si no quieres que tu paternidad se parezca a la suya, tienes que trabajar activamente para deshacerte de todos los rasgos narcisistas.
2. Deja de culpar a los demás
Una de las tendencias de los padres narcisistas es tratar de culpar a los demás. Así que, si has crecido con el sentimiento constante de culpa, hay una razón detrás.
Quizá nunca fuiste lo suficientemente bueno y nunca cumpliste sus expectativas. No dejes que esto te detenga en tu camino hacia la recuperación.
Recuerda que eres suficiente y que debes ser tu propia prioridad. Si eres un complaciente de la gente, probablemente sea porque fuiste criado para satisfacer a tus padres narcisistas.
Su comportamiento tóxico es la razón de tu baja autoestima y tu constante cuestionamiento. De niño, siempre buscabas la validación de tus padres.
Todo esto te llevó a creer que eres incapaz de hacer algo por ti mismo. Cuando ocurre el más mínimo inconveniente en tu relación, no puedes evitar pensar que se debe a algo que hiciste.
Los viajes de culpabilidad a los que te someten tus padres incluso por las cosas más pequeñas te han convertido en la persona que eres hoy. No puedes evitar estar siempre en tensión.
Hay un millón de “y si” que pasan por tu mente a lo largo del día y eso es suficiente para agotar a cualquier persona.
Date un tiempo para apreciar todo lo que haces y reconocer la cantidad de esfuerzo que realizas. No te consideres una víctima de un narcisista, sino un superviviente, porque hay una diferencia.
3. Cree en ti mismo
Al crecer, nunca experimentaste el apoyo de tus padres narcisistas. Tenían un sentido inflado de sí mismos y nunca reconocieron tus logros porque se sentían amenazados por ellos.
Tal vez querías hacer ballet, pero en su lugar te inscribieron en canto. Es algo que no te gustaba hacer, pero eso no importaba. Tus opiniones y deseos no importaban.
Cada vez que te encontrabas con algún tipo de fracaso, te castigaban por ello. Nunca se te animó a hacerlo mejor y nunca se te ofreció ayuda.
Tu valía fue socavada a lo largo de tus años más sensibles de la vida y eso te pasó factura. Esto arruinó tu confianza en ti mismo y tu sentido de la autoestima.
Lo que ocurrió es que llegaste a la edad adulta cuestionando tu capacidad de mejorar. Nunca aprendiste lo que se siente cuando alguien te apoya, y nadie te enseñó a hacer lo mismo por los demás.
En consecuencia, tienes problemas para confiar en ti mismo y te llena de ansiedad cada paso que das. Sin embargo, recuerda que tu infancia es el pasado y que tienes que saborear el presente.
Hazte presente en el mundo, pero no como la víctima de una persona narcisista. Los demás te verán como tú te ves a ti mismo, así que es vital que creas en ti.
En conclusión
No dejes que tu educación gobierne tu vida. Los padres narcisistas pueden dejar secuelas importantes, pero tienes que aprender a superarlas.
Lo sé. Es más fácil decirlo que hacerlo. Pero es imprescindible.
Los padres que sufren de narcisismo ven a sus hijos como una extensión de ellos mismos, reflejando sus rasgos y acciones narcisistas. No querrás verte a ti mismo de la misma manera, ¿verdad?