Las rupturas pueden parecer el fin del mundo. Ese dolor aplastante en el pecho, los recuerdos que no paran de sonar en tu cabeza y el vacío donde solía estar tu relación pueden ser abrumadores. Tanto si se trataba de una aventura corta como de una relación duradera, pasar página no suele ser fácil. He aquí doce formas prácticas de ayudarte a sanar cuando tu corazón se siente permanentemente roto.
1. Siente plenamente tus sentimientos
Embotellar las emociones sólo hace que exploten más tarde. Permítete llorar, gritar en las almohadas o simplemente sentarte con tu tristeza cuando aparezca. Esto no es revolcarse, es procesar.
Muchas personas se apresuran a “superarlo” sin trabajar realmente su dolor. Tus sentimientos son mensajeros válidos que te dicen lo que te importaba.
Reserva momentos específicos para sentirlo todo, como 30 minutos cada noche. Así darás espacio a tus emociones y evitarás que se apoderen de todo tu día.
2. Corta totalmente el contacto
Cada vez que compruebas su perfil o revisas mensajes antiguos, retrocedes. Hazte un favor: deja de seguir, borra y guarda todo lo que mantenga viva la conexión.
La necesidad de contactar con ellos se debe a que tu cerebro ansía el golpe de dopamina que antes te proporcionaban. Cada vez que te resistes, se forman nuevas vías neuronales que te ayudan a avanzar.
Muchas recuperaciones exitosas empiezan con una regla de no contacto durante 90 días. Esto da a tu corazón el espacio que necesita para empezar a curarse sin recordatorios constantes.
3. Mueve tu cuerpo a diario
El ejercicio libera endorfinas que combaten de forma natural la depresión y la ansiedad. Incluso un paseo de 20 minutos puede cambiar tu estado emocional cuando el desamor te parece abrumador.
Tu cuerpo almacena físicamente el dolor emocional. El movimiento ayuda a liberar la tensión que se acumula en tus músculos y sistema nervioso durante los periodos de estrés.
Prueba actividades que requieran plena concentración, como el boxeo, el baile o la escalada. Estas actividades hacen que tu mente se concentre por completo, proporcionándote breves pero poderosos descansos de los pensamientos rumiantes sobre tu ex.
4. Reconstruye tu identidad
Es fácil perder partes de ti mismo en una relación. Ahora puedes volver a conectar con quién eres por tu cuenta. Haz una lista de las cosas que siempre has querido probar pero no lo has hecho debido a tu relación.
Quizá tu ex odiaba las películas de ciencia ficción, o quizá no le interesaba viajar a lugares que tú soñabas visitar.
Empieza poco a poco, cambiando de peinado o reorganizando tu espacio vital. Estos cambios visibles indican a tu cerebro que se está produciendo una transformación y te ayudan a verte de nuevo como un individuo y no como la mitad de una antigua pareja.
5. Crea nuevas rutinas
Ir a los mismos lugares que compartíais sólo mantiene vivo el pasado. Sustituye esos hábitos por algo nuevo, como probar un café diferente o prepararte el desayuno.
Nuestros cerebros anhelan la familiaridad, y por eso seguimos revisitando recuerdos de ex parejas. Al crear deliberadamente nuevos patrones, ayudas a tu mente a formar nuevas conexiones neuronales no asociadas a tu relación pasada.
Las rutinas matutinas son especialmente poderosas para establecer tu tono emocional diario. Considera la posibilidad de empezar cada día con cinco minutos de diario de gratitud para dejar de centrarte en lo que has perdido y centrarte en lo que aún tienes.
6. Apóyate en tu sistema de apoyo
Los amigos y la familia pueden ofrecerte perspectiva cuando estás atrapada en un bucle de autoculpabilización o de idealización de la relación. Su punto de vista externo es inestimable.
Las investigaciones demuestran que la conexión social ayuda a reducir el dolor físico. El consuelo de los seres queridos de confianza puede hacer que tu dolor sea literalmente menos intenso.
Especifica lo que necesitas. A veces quieres consejo, mientras que otras veces sólo necesitas que alguien te escuche sin intentar arreglar las cosas. Decir a tus amigos qué tipo de apoyo buscas les ayuda a ayudarte con mayor eficacia.
7. Inicia un proyecto de curación
Canaliza tus emociones hacia algo constructivo. Escribe poesía, construye muebles o planta un jardín: crear algo nuevo a partir de tu dolor le da un propósito.
La expresión creativa accede a partes de tu cerebro a las que el pensamiento lógico no puede llegar. Esto ayuda a procesar emociones complejas que pueden ser difíciles de expresar con palabras.
Elige algo con un principio y un final claros. Completar un proyecto te da una sensación de logro y control cuando otros aspectos de la vida te parecen caóticos e ingobernables.
8. Practica la autocompasión
El crítico interior se hace más fuerte tras el rechazo. Habla contigo mismo como lo harías con un amigo al que le han roto el corazón: con amabilidad y comprensión.
La autocompasión no es autocompasión. Es reconocer tu dolor sin juzgarte y reconocer que el sufrimiento forma parte de la experiencia humana compartida.
Prueba a ponerte una mano en el corazón cuando surjan pensamientos negativos. Este sencillo gesto activa la respuesta de cuidado de tu cuerpo y libera oxitocina, ayudando a calmar tu sistema nervioso en los momentos de dura autocrítica.
9. Limita el tiempo de rememoración
Fija un temporizador de 15 minutos cuando necesites procesar recuerdos. Cuando se acabe el tiempo, cambia deliberadamente a una actividad centrada en el presente.
Los recuerdos no siempre son precisos. Tendemos a idealizar las partes buenas de las relaciones y a minimizar los problemas, sobre todo justo después de una ruptura.
Guarda en tu teléfono una lista para comprobar la realidad de las razones por las que la relación terminó o los problemas que experimentaste. Repásala cuando la nostalgia amenace con abrumar tu pensamiento racional y te arrastre de nuevo a la fantasía de lo que podría haber sido.
10. Ofrece tu tiempo
Cuando ayudas a otra persona, ganas perspectiva y empiezas a curarte. El voluntariado -ya sea con animales, en la distribución de alimentos o en jardines locales- puede marcar una verdadera diferencia para ambos.
Los estudios demuestran que el voluntariado activa los centros de recompensa del cerebro, proporcionando una elevación natural del estado de ánimo. Las conexiones sociales que se forman al hacer voluntariado también combaten el aislamiento que muchos sienten tras una ruptura.
Elige causas que se alineen con tus valores, en lugar de meras distracciones. El servicio significativo crea un sentido de finalidad que puede ayudar a llenar el vacío dejado por el fin de tu relación.
11. Explora las opciones terapéuticas
El apoyo profesional ayuda cuando el duelo te dura más de lo esperado. Los terapeutas proporcionan herramientas adaptadas a tu situación específica y a tus patrones emocionales.
Diferentes enfoques funcionan para diferentes personas. La terapia cognitivo-conductual ayuda a cambiar los patrones de pensamiento, mientras que la EMDR puede procesar las experiencias traumáticas de las relaciones.
La terapia online hace que la ayuda sea más accesible que nunca. Muchas plataformas ofrecen opciones de mensajería, sesiones de vídeo y programas especializados de recuperación de rupturas que pueden hacerse desde casa según tu propio horario.
12. Escribe una carta de despedida
Vierte todo lo no dicho en una carta que nunca enviarás. Expresa tu rabia, gratitud, arrepentimiento y deseos sin filtros ni consecuencias.
El acto de escribir ayuda a tu cerebro a procesar las emociones y a crear narraciones coherentes a partir de experiencias confusas. Esto aporta un cierre incluso sin la participación de la otra persona.
Después de escribir, realiza un ritual simbólico de liberación. Algunas personas queman la carta, mientras que otras la sueltan atada a un globo o la entierran. Este acto físico ayuda a tu subconsciente a entender que estás eligiendo dejar ir.

