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10 cosas que nunca debes hacer justo después de una ruptura

10 cosas que nunca debes hacer justo después de una ruptura

Las rupturas duelen, y cuando tienes el corazón roto es fácil tomar decisiones de las que luego te arrepentirás. Los días y semanas inmediatamente posteriores al fin de una relación son algunos de los más duros a los que te enfrentarás. Durante este tiempo emocional, ciertas acciones pueden dificultar la curación y mantenerte atrapado en la tristeza durante más tiempo. Entender lo que no debes hacer puede ayudarte a avanzar de un modo más sano.

1. Enviar mensajes o llamar constantemente a tu ex

Cuando el silencio se hace insoportable, puede que te piquen los dedos por enviar un mensaje más. Te dices a ti mismo que así se cerrará el tema o quizá se reanude la conversación, pero lo normal es que el contacto reabra heridas que necesitan tiempo para cicatrizar.

Cada mensaje que envías te mantiene emocionalmente atado a alguien que ya no forma parte de tu vida de la misma manera. Tu cerebro necesita distancia para procesar lo ocurrido y empezar a seguir adelante.

En lugar de enviar mensajes de texto, escribe tus sentimientos en un diario o habla con un amigo de confianza. Date al menos treinta días de completo silencio antes de plantearte siquiera el contacto. Este espacio ayuda a ambas personas a ganar perspectiva y claridad.

2. Acechar sus perfiles en las redes sociales

Desplazarte por el Instagram de tu ex a medianoche parece inofensivo hasta que ves algo que te vuelve a machacar. Puede que sonrían en las fotos o que salgan con amigos, y de repente estás analizando cada detalle como un detective.

Las redes sociales muestran lo más destacado, no la realidad. Lo que ves en Internet rara vez cuenta la historia completa de cómo se siente realmente alguien por dentro.

Cada vez que compruebas su página, estás hurgando en una herida cicatrizada y haciéndola sangrar de nuevo. Deja de seguirlos, siléncialos o bloquéalos temporalmente para no caer en la tentación. Protege tu paz centrándote en tu propia vida en lugar de vigilar la suya.

3. Planear la venganza o intentar vengarse

La ira puede sentirse poderosa cuando estás herido, y los pensamientos de venganza pueden parecer satisfactorios al principio. Puedes fantasear con darles celos o mostrarles lo que han perdido, pero estos planes sólo te mantienen atrapado en la negatividad.

Los complots de venganza malgastan energía que podrías dedicar a curarte y crecer. También corres el riesgo de parecer mezquino o malvado, lo cual no es lo que realmente eres.

La mejor venganza en realidad no es ninguna venganza: es vivir bien y encontrar la felicidad sin ellas. Canaliza ese fuego hacia cambios positivos, como aprender nuevas habilidades, mejorar tu salud o perseguir sueños que habías dejado aparcados.

4. Lanzarse inmediatamente a otra relación

Lanzarse a los brazos de otra persona puede parecer la cura perfecta para la soledad, pero no puedes escapar de tus sentimientos. Utilizar a otra persona como venda para tu corazón roto no es justo ni para ella ni para ti.

Necesitas tiempo para comprender qué fue mal y qué quieres realmente en una pareja. Saltarse esta reflexión significa que podrías repetir los mismos errores en tu próxima relación.

Estar soltero durante un tiempo no es un castigo, sino una oportunidad para redescubrirte. Tómate al menos unos meses para sanar adecuadamente antes de volver a abrir tu corazón. Las relaciones futuras serán más sanas cuando entres en ellas entero.

5. Aislarte de todos tus amigos y familiares

Cuando estás sufriendo, esconderte bajo las sábanas para siempre puede sonar atractivo. Puede que te sientas avergonzado por la ruptura o que pienses que nadie comprende tu dolor, así que te alejas de todo el mundo.

El aislamiento hace que la tristeza crezca y se oscurezca. Tus amigos y familiares se preocupan por ti y quieren ayudarte, aunque no siempre digan lo perfecto.

Los seres humanos se curan mejor juntos que solos. Acepta las invitaciones a quedar, aunque no te apetezca. Habla de tus sentimientos con las personas que te quieren. Su apoyo y sus diferentes perspectivas pueden recordarte que la vida continúa y que la felicidad aún es posible.

6. Culparte de todo lo que salió mal

Es fácil repetir cada discusión y error, convenciéndote de que eres el malo de la historia. Puedes pensar que si hubieras sido diferente o mejor, la relación habría sobrevivido.

Las relaciones implican a dos personas, y las rupturas rara vez se producen por las acciones de una sola persona. Aunque hayas cometido errores, tu ex también tomó decisiones.

Ser excesivamente crítico contigo mismo daña tu confianza y hace que te resulte más difícil confiar en ti mismo en futuras relaciones. Practica la autocompasión tratándote como tratarías a un buen amigo que estuviera pasando por lo mismo. Aprende de los errores sin ahogarte en la culpa.

7. Difundir tu drama de ruptura en las redes sociales

Publicar citas crípticas sobre la traición o historias detalladas sobre la ruptura puede resultar catártico en el momento. Quieres simpatía, validación, o tal vez esperas secretamente que tu ex lo vea y se sienta culpable.

Compartir demasiado en Internet invita a juzgar a personas que no conocen toda la historia. También puede dañar tu reputación y hacer que futuros empleadores o parejas cuestionen tu juicio.

Lo que publicas en Internet se queda ahí para siempre, incluso después de haberte curado y superado la situación. Mantén tu vida privada en privado desahogándote con tus amigos íntimos. Tu dignidad y tu salud mental importan más que los “me gusta” y los comentarios de tus conocidos.

8. Conservar todas sus cosas como recordatorios tipo santuario

Esa sudadera con capucha todavía huele a ellos, y esas entradas de conciertos guardan recuerdos preciosos. Aferrarse a recordatorios físicos parece como mantener viva una parte de la relación, pero en realidad te mantiene atrapado en el pasado.

Cada vez que ves sus pertenencias, tu cerebro recibe señales confusas sobre si la relación ha terminado realmente. Esto hace que la curación lleve mucho más tiempo del necesario.

Guarda sus cosas en cajas y devuélvelas, dónalas o guárdalas en algún lugar fuera de la vista. Quita las fotos de lugares destacados de tu habitación. Crear espacio físico ayuda a crear espacio emocional. Cuando te hayas curado, podrás decidir qué recuerdos conservar.

9. Analizar obsesivamente cada detalle de la relación

Tu mente se convierte en una agencia de detectives, examinando cada conversación y momento en busca de pistas sobre dónde fueron mal las cosas. Repites las discusiones, analizas los mensajes de texto y creas teorías sobre el significado de las distintas acciones.

Este bucle mental te mantiene atascado emocionalmente en una relación que ya ha terminado. No puedes cambiar el pasado por mucho que lo analices.

A veces las relaciones terminan sin respuestas claras ni explicaciones satisfactorias, y eso está bien. Acepta que tal vez nunca comprendas del todo todo lo que ocurrió. Centra tu energía mental en construir tu futuro en lugar de diseccionar tu pasado. La paz viene de la aceptación, no de tener todas las respuestas.

10. Evita las decisiones importantes en la vida

En plena agitación emocional, tomar decisiones vitales importantes puede conducir al arrepentimiento. Haz una pausa antes de tomar medidas drásticas como dejar el trabajo o mudarte a otra ciudad. Tu juicio podría verse nublado por las emociones, lo que afectaría a tu felicidad a largo plazo.

Date tiempo para estabilizarte y ganar claridad. Las decisiones precipitadas pueden parecer una vía de escape, pero a menudo complican las cosas. En lugar de eso, céntrate en pequeñas acciones positivas que mejoren tu bienestar y te ofrezcan perspectiva.

Reflexiona sobre tus necesidades con la mente clara antes de embarcarte en cambios importantes. Este enfoque fomenta una transición más sana tras la ruptura.